Dentro y fuera nuestro
El patriarcado nos ha condicionado, limitando nuestro disfrute, fluidez, y nuestra capacidad de emocionarnos sin vergüenza. Nos ha enseñado a vivir la entrega al amor desde el miedo y la desconfianza hacia nosotros mismos y hacia los demás. Este sistema nos ha afectado profundamente, y podría seguir enumerando las formas en que hemos sido cortados de nuestra esencia.
En mi trabajo, he visto cómo todos hemos sido tocados por este miedo al otro, esta deformación en nuestras relaciones. En los talleres recientes, he notado que algunas mujeres tienen dificultad para vivir la sensualidad que ya está presente en sus cuerpos, temerosas de que esta energía hermosa sea malinterpretada. Por otro lado, también he visto a hombres maravillosos con un verdadero deseo de conectar con lo femenino desde el corazón, siendo honestos tanto con lo que sienten como con sus propias dificultades.
Esto me toca profundamente, y me siento afortunada de poder acompañar a mujeres y hombres que están desafiando estos condicionamientos impuestos.
La necesidad de unión entre lo masculino y lo femenino
Existe un gran interés en dividir a hombres y mujeres, en enfrentarlos. Mi celebración, en cambio, es para aquellos que se abren el corazón, reconocen sus dificultades y eligen unirse con humildad y amor.
Al abrirte y mirar dentro de ti, puede que encuentres rabia, desconfianza o miedo. Pero si tienes el coraje de sentir todo esto y seguir respirando a través de ello, descubrirás el inmenso poder de transformación que tiene tu corazón.
Al limpiar tu cuerpo emocional de las memorias que te impiden amarte y amar a los demás, te permites ser tierno, amoroso y, a la vez, intensamente sexual, todo mientras permaneces conectado a tu corazón. Escuchar a tu cuerpo y a tus sentimientos te permite establecer una verdadera intimidad con el otro, sin resentimientos ni protecciones que bloquean la conexión.
Todos anhelamos amor y conexión
Todos hemos sido heridos. Todos tenemos miedos y cargamos la sombra del dolor dentro de nosotros. Sin embargo, también todos compartimos un profundo anhelo de dar y recibir amor.
El camino para sanar y crecer es la unión de nuestras cualidades masculinas y femeninas, tanto en nuestro interior como en nuestras relaciones. Esta unión interna nos ayuda a encontrar equilibrio:
- Como femenino, puedes llenarte de tu sensualidad y, al mismo tiempo, decidir lo que deseas compartir con los demás o con el mundo.
- Como masculino, puedes vivir tu instinto, acción y libertad, al mismo tiempo que te permites ser tierno con las emociones que sientes.
Esta integración interna facilita el encuentro con el otro sin que el dolor del pasado proyecte fantasmas. Nadie debe ponerse ni por encima ni por debajo de nadie, sino caminar juntos desde la igualdad y el respeto mutuo.