Quiero tu ira. Quiero tu fuego
“No seas espiritual conmigo, amor mío.
¡Sé honesto/a, mejor!
Enójate conmigo. Dime cómo te sientes en realidad.
Dime lo molesto/a que estás.
Grita. O llora. Muéstrame tu vulnerabilidad.
Expresa lo que hay en tu corazón.
Dí lo incorrecto. Arma todo un lío.
No me importa. Podemos limpiar más tarde.
Sólo quiero conocerte. Ahora.
No esperes hasta tener las palabras perfectas.
No esperes hasta que tu precioso fuego se haya apagado.
O hasta que tus lágrimas se hayan secado.
No tiene nada de malo ser un desastre.
La ira no es ‘poco espiritual’.
Es belleza. Es poder.
Quiero conocerte más allá de la máscara.
Más allá del niño lindo, de la niña buena.
Del estudiante espiritual bien entrenado.
Del experto. Del calmado.
De aquel a quien nunca se le permitió levantar la voz.
¡Quiero sentir tus malditas llamas!
¡Quiero sentir tu verdad!
¡Tu pasión! ¡Lo que necesitas! ¡Lo que deseas!
¡Tus anhelos no correspondidos! ¡Tus esperanzas frustradas!
Que no te preocupe lastimarme.
Solo deja que la vida hable a través de ti. Ahora.
Yo me haré responsable de mi propio dolor.
Por favor. Prefiero recibir tu ira pura AHORA
que años de historias, culpa, resentimiento,
y agresividad pasiva.
Deja ir toda esa mierda espiritual.
Sólo dime cómo eché todo a perder.
Saca todo a la luz.
No te avergonzaré.
Y podemos continuar desde allí.”
Jeff Foster
Si quieres estar al día de mis propuestas y de todo lo que voy descubriendo, únete a la comunidad.