Pareciera que tener límites es algo negativo…. especialmente respecto a la sexualidad.
Yo me imagino mis límites como una circunferencia de amor que me rodea y me cuida, que habla de mi sensibilidad y de lo que mi sistema nervioso puede o no abrirse.
Cuando no ponemos un límite nos dejamos invadir, al final esa factura sale cara.
En el amor y en la sexualidad sin límites no hay verdadero contacto.
Bien por qué la otra persona no nos valora y nos sentiremos usado/as bien por qué cada límite que no ponemos crea resentimiento y termina separándonos de la otra persona.
La mejor forma de saber si estamos poniendo límites es preguntarnos:
- Que callamos delante del otro/a ?
- Cuando estámos haciendo el amor… nuestro cuerpo si está tenso o algo se ha contraído.Probablemente hay un límite o un ritmo que escuchar, permitir y comunicar.
- Si al final del encuentro sexual, nos sentimos abierto/as, aparece irritación, distancia hacia la otra persona, tristeza… algo necesita ser atendido.
Recuerda que una relación sexual, es una fiesta para ambos.
En la que nosotros somos quien mejor puede cuidarnos, para GOZARLO.
Si no exponemos los límites, no podemos relajarnos y abrirnos a un placer màs grande …
Si no hay límites… no estamos creciendo en amor propio y las relaciones que construyamos tiene los pies de barro.
La otra forma es tener una relación propia con el placer.
Para ello te invito a un reto gratuito, donde practicarla, escríbeme un email y te la envío.

