Hay una gran diferencia entre usar nuestro cuerpo y habitar nuestro cuerpo. Es posible que te des cuenta que la mayor parte del tiempo usas tu cuerpo para trabajar, hacer deporte, excitarte, etc…. y que al cabo del día no son muchos los momentos en que disfrutas del placer que es estar en tu cuerpo cuando abrazas, cuando comes, cuando haces el amor involucrando a toda tu corporalidad.
El contacto es una cualidad fundamentalmente mamífera, humana. Conectar con los demás es uno de los mayores placeres y necesidades que tenemos.
En los últimos tiempos ha sido muy limitado y hemos podido ver el detrimento que el aislamiento trae a nuestra salud.
Una de las dificultades que tenemos es que el contacto con otra persona se ha sexualizado y ya no nos damos permiso a conectar con los demás sin la presión de que haya algo más, a veces incluso es posible que te hayas visto forzándote a que haya algo más.
Te cuesta distinguir qué quieres y cómo lo quieres, cuando te relacionas con cercanía y sobre todo, pedirlo.