Probablemente cuando vuestra sexualidad se hace demasiado cotidiana,
es por que se han ido creando barreras entre vosotros.
Muchas veces estas barreras son pequeñas y sutiles, pequeñas cosas que no dices, que no pides, sentimientos que tienes con la pareja que no comunicas, etc.
Estas barreras son capas de polvo que hacen que vuestra relación pierda frescura, autenticidad y eso siempre resta a la sexualidad.
Es fácil acomodarse en estos hábitos de no decir, de no expresar, de guardarse por miedo al conflicto, normalmente estos hábitos se crean entre ambos. Uno vende la moto y el otro la compra, aunque sentís que falta vida y disfrute en vuestra relación.
Si es vuestro caso, o si te das cuenta de cómo te afectan estas pequeñas dinámicas a vuestra relación y quieres salir de ellas, te cuento que, la forma de salir de ella es que primero os ocupéis de crear intimidad.
¿Qué es la intimidad para ti?
Yo definiría la intimidad, como la capacidad para estar en confianza contigo, con lo que te pasa y con lo que sientes.
Darte el permiso de sentir lo que te está pasando sin camuflarlo ni evitarlo.
Darte la confianza de estar con tu tristeza cuando viene, con tus ganas de jugar, con tu enfado, con tus ganas de hacer el amor, independientemente del otro.
Estar contigo con lo que hay en ti ahora, acogiendo en ello y dándote el espacio para poder sentirlo, y sentirlo, hace que se transforme.