El miedo a la libertad

La libertad para el Tantra es ser uno mismo en la circunstancia o momento que estás viviendo.

Es posible que tus relaciones te hayas dado cuenta que tiendes a perderte en el otro cuando intimas, difuminando tus necesidades y prioridades. O que el miedo a perder tu libertad al entrar en una relación te provoque sofoco y dificultad para entregarte.

Para que una relación sea nutritiva necesita de amor + libertad.

Este equilibrio cuando no está asentado dentro de ti, crea relaciones que nos generan más sufrimiento que serenidad.

Ser libre de tus pensamientos, juicios, creencias limitantes, exigencias, es fundamental, tanto como ser capaz de amar tus dificultades, peculiaridades y vulnerabilidad. Solo observándote y despegándote de ciertas creencias podrás ser libre. Además de conocerte, ser compasivo con tus dificultades, te hará libre de ellas. Sin luchar en contra de ti, sino dándote ternura y compasión en esos momentos difíciles.

Independientemente de tu sexo, posees cualidades masculinas y femeninas, más desarrolladas o menos. Vivirte en libertad es más fácil cuando tu parte masculina y femenina están en sintonía, en comunicación.

El masculino enriquece con la cualidad de la libertad.

El femenino suma con la cualidad del amor.

Es necesaria un colaboración entre el masculino y el femenino dentro y fuera de tí. Ambas formas son necesarias y complementarias, para crear relaciones con intimidad.

Esa relación que anhelas tener o quieres mejorar, se dará con otra persona, tal como tú te lleves contigo mismo, tu propia relación intima es la que trasladas a tus relaciones amorosas, de amigos, seas consciente de ello o no.

Desde el tantra entrenamos la confianza en ti mismo, la firmeza en tus límites, el estar presente, atreviéndote a ser tú, fuera de expectativas para entregarte al amor sin perderte en el otro y sin venderte.

Creando espacios de libertad + amor, dentro + fuera de ti.

La relación es una danza en la que fundirte y volver a ti, cada movimiento de entrega – libertad te fortalece y nutre la relación. Donde el gozo es la guía en cada exploración, si hay gozo hay libertad y es un terreno fértil para que anide el amor.

Con amor para ti, Pushya.

Imagen: Nicolás Tissot

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