En nuestra temprana infancia, el niño/a que fuiste tuvo que sobrevivir a carencias que no encontró en su entorno y para ello desarrolló estrategias para ser visto.
Si estás leyendo este email seguro te viene ese patrón automático que no te ayuda y que te gustaría no tuviera ya poder en tu ti: exceso de trabajo, tendencia a abandonarte, dificultad para poner límites, elección de parejas o relaciones insatisfactorias.
Esa carencia es el desafío a crecer como adulto... mientras no mires esa carencia seguirá saboteando relaciones, generando patrones adictivos, lucha dentro de ti, etc
Fue una estrategia de supervivencia del niño/a que fuiste que te ayudó a sobrevivir.
¿El tema es cómo soltar ese automático y darle rienda a esas partes no vividas de ti?
Tan sencillo como ponerte manos a la obra y empezar a dártelas:
Si sientes carencia de ternura, comienza a mirarte de forma más tierna cuando te encuentres débil.
Si tu carencia es de atención, date tiempo haciendo lo que te gusta, mirándote con comprensión en los momentos en que te sientes rara/o.
Si anhelas el de contacto físico, date un masajito en los pies, un sesión de caricias.
Si tienes falta de valoración, comienza por valorarte en las pequeñas acciones de tu día a día y no juzgarte cuando sientes alguna emoción.